HARUKI MURAKAMI – El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas
Título: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas
Autor: Haruki Murakami
Editorial: Tusquets Editores
Páginas: 484
Resumen Contraportada:
Dos historias paralelas se desarrollan en escenarios de nombre evocador: una transcurre en el llamado <<fin del mundo>>, una misteriosa ciudad amurallada; la otra, en un Tokio de un futuro quizá no muy lejano, un frío y despiadado país de las maravillas. En la primera, el narrador y protagonista, anónimo, se ve privado de su sombra, poco a poco también de sus recuerdos, e impelido a leer sueños entre unos habitantes de extrañas carencias anímicas y unicornios cuyo pelaje se torna dorado en otoño. En la segunda historia, el protagonista es un informático de gustos refinados que trabaja en una turbia institución gubernamental, enfrentada a otra organización no menos siniestra en una guerra por el control de la información; sus servicios son requeridos por un inquietante científico que juguetea con la manipulación de la conciencia y de la mente y vive aislado en la red de alcantarillado, una red poblada por los tinieblos, tenebrosas criaturas carnívoras.
Valoración Desde los Libros: 5/10
Se podría decir que llevo semanas queriendo escribir esta reseña, y no precisamente por ansia y deseo, sino porque ha sido la lectura más dura, pesada y larga que he tenido entre manos en lo que va de año. Y quizás en toda mi vida.
Una de mis más queridas amigas ya me avisó de que este libro no era la mejor opción para conocer a Murakami, pero hice caso omiso. Y aunque es verdad que cuando lo empecé me rondaba esa advertencia por la cabeza cual nube negra, creo que nada tuvo que ver con que no disfrutara de mi lectura.
Os prometo que tenía muchísimas ganas de leer a Murakami, que lo admiraba, que me había indignado, sin conocerlo, por no haber recibido el nobel el año pasado. Pero esto ha sido demasiado para mí.
Hasta la página 370 aprox ha sido un suplicio constante. Me consideraba buena lectora, pero ahora me siento inferior, parece que soy una alumna de primaria que ha echado un ojo al Quijote y no sabía ni seguir la línea con el dedo. Ahora necesito urgentemente una lectura ligera, un libro de Federico Moccia o similar.
La sensación predominante era que había escrito el libro casi tendiendo una trampa al lector, jactándose, “venga, voy a meter estos párrafos sin sentido alguno para la trama y que se los coman con patatas, mua ja ja. A ver cuánto aguantan sin darse cuenta de que me estoy riendo de ellos“.
Empieza siendo todo un reto con la odisea del ascensor, pero bueno, sigues porque tienes ganas de leerlo. Luego te sientes confuso porque ocurren muchas cosas y ninguna tiene explicación, incluso aunque tampoco la tenga para los propios personajes, y ves estupefacto como se conforman con respuestas vacías como “porque es así”, “no sé”, “quizás”.
Como ejemplo pongo el capítulo 30, y ruego que si alguien le ha encontrado el sentido y yo he tenido un lapsus mental, me lo explique. Todo un capítulo hablando de cómo unos ancianos cavan el agujero, cómo es el agujero, cuántos ancianos son, etc, etc, para que al final pregunte el protagonista para qué es ese agujero y la respuesta final sea “para nada, lo han cavado por cavarlo. En este sentido, es un agujero puro”. Ay, señor…
Debo confesar que me he llegado a plantear dejar el libro a medias. Sí, he estado a nada de dejarlo y admitir mi derrota públicamente. Pero me he forzado, ¡todo el mundo habla tan bien de Murakami! Y hasta le he llegado a coger el tranquillo, solo con leer la primera frase de un párrafo sabía diferenciar si ese párrafo me iba a aportar algo o me lo podía saltar a lo grande.
Pero me alegro de haberme forzado. Porque aunque varias personas que me han visto con el libro me han indicado que el final no tenía ningún sentido ni conclusión, a mí sí me ha gustado. Sí, porque he visto la conexión de las dos historias e incluso me ha interesado. En ese sentido, al final todo encajaba. Puedo decir que me quedo con las últimas cien páginas, que las 382 anteriores son diálogos superficiales y sin sentido, reflexiones sobre chicas gordas que te hacen torcer el gesto, o descripciones de objetos o situaciones que no aportan nada a la historia.
Por eso estoy contenta, porque lo he terminado y sé que necesito madurar como lectora para volver a leerlo en el futuro y quizás, entonces, lo podré apreciar debidamente.
Hasta entonces puede que en un par de años, cuando se me haya olvidado esta sensación, lea Tokio Blues, que me lo ha recomendado mi querida amiga que, como he podido comprobar, en lo que respecta a Murakami no se equivoca nunca.
Recomendado:
- si ya has leído a Murakami y conoces cómo escribe.
- lectores duros de roer.
- si te gusta la fantasía.